1. INTRODUCCIÓN
⌅Los comienzos de la fonética científica están ligados en buena parte a las discusiones llevadas a cabo en la revista francesa Lǝ mɛ:tr fɔnetik (Le maître phonétique, en adelante mf),
en las que destaca en los últimos tres lustros del siglo XIX el debate
sobre la transcripción de las diferentes lenguas de cultura, empezando
por el inglés, el francés y el alemán, e incluyendo inmediatamente
después otras lenguas (MacMahon, 2001, p. 1590MacMahon, M. K. C. (2001). Modern Language Instruction and Phonetics in the Later 19th Century. En S. Auroux & E.F.K. Koerner & H.-J. Niederehe & K. Versteegh (Eds.), tomo 2, 1585-95.
).
Si el primer alfabeto fonético de la Asociación aparece en 1888, las
transcripciones fonéticas de la lengua española comienzan el mismo año, y
se multiplicará su número hasta 1900, en que aparece un número especial
de mf en ortografía convencional francesa en la que se explican
los principios de la Asociación y una nueva propuesta de cuadro de
símbolos, base de las siguientes revisiones. En ese periodo, es
interesante el debate teórico acerca de los sonidos que deben ser
transcritos en cada lengua, con tendencias más o menos cercanas a la
defensa de una transcripción ancha, propuesta desde el principio por la
Asociación, como se verá.
El objetivo principal de este trabajo es dar a conocer las aportaciones sobre fonética del español aparecidas en mf en el periodo comprendido entre 1888 y 1901, correspondientes a la primera transcripción española y a la última de Tomás Escriche, miembro activo de la Asociación en este primer periodo de vida de la revista. El corpus de textos analizados comprende las transcripciones aparecidas en este periodo, junto a los textos teóricos (también aparecidos en transcripción fonética en distintas lenguas) en que se discuten cuestiones relativas al grado de precisión que se debe alcanzar en la transcripción de la lengua española1Se trata de diecinueve transcripciones sin autor conocido, además de cuatro firmadas por Tomás Escriche, cuatro de Fernando de Araujo y alrededor de catorce textos teóricos también en transcripción fonética en español, francés o alemán, acerca de los sonidos del español y su transcripción. Agradecemos a la profesora Susana Vioque Rocha la ayuda prestada para la comprensión del texto de Spieser (1892).. En primer lugar, contextualizaremos la actividad intelectual de la revista en relación con el desarrollo de la fonética como disciplina (§ 2); a continuación, revisaremos los autores que participan en las transcripciones y las discusiones teóricas que protagonizan (§ 3); analizaremos las orientaciones que guían a estos autores (§ 4); y a continuación nos centraremos en el progreso de las transcripciones (§ 5), para dar a conocer qué sonidos se reconocen y cómo se van modificando los símbolos fonéticos desde las dos primeras transcripciones (§ 5.1-5.3). Dos problemas específicos sobresalen en las discusiones teóricas, a los que prestaremos atención: la variación de las consonantes sonoras bilabial, dental y velar (§ 5.4) y la variación en las vocales (§ 5.5). Unas conclusiones (§ 6) cerrarán el trabajo.
2. DESARROLLO DE LA FONÉTICA Y NACIMIENTO DE LA AFI
⌅La fonética conoce un extraordinario desarrollo a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con obras de orientaciones diferentes: desde un interés de fisiólogos por los órganos de la articulación hasta el progresivo desarrollo del análisis acústico del lenguaje, con obras de E.W. Brücke, C. Merkel, H. Helmholtz y H. Grassmann, que culminan en los trabajos de Jost Winteler (Die Kerenzer Mundart des Kantons Glarus: In Ihren Grundzügen Dargestellt, 1876) y de Eduard Sievers (Grundzüge der Lautphysiologie, 1876)2La segunda edición de esta última obra ya se tituló Grundzüge der Phonetik (1881). Sobre esta etapa de la fonética, remitimos a Kohler (1981), Schubiger (1989), Kemp (2001), MacMahon (2001). Otros análisis se citarán más adelante.. Algunos de estos trabajos muestran una orientación más inclinada a la propia fisiología de los órganos articuladores o las características físicas de los sonidos humanos. El análisis acústico tendrá como culminación de esta etapa inicial de la investigación los trabajos derivados de la creación del laboratorio de fonética del Collège de France en 1897, dirigido por Pierre Rousselot (1846-1924), autor de unos importantes Principes de phonétique expérimentale (1897-1908).
Junto
a esta corriente, la fonética también se desarrolla en el campo de la
didáctica de las lenguas extranjeras. El inglés Henry Sweet (1845-1912)
publica un Handbook of Phonetics (1877) en que sitúa plenamente
la fonética en el dominio del estudio del lenguaje y la propone como
fundamentación necesaria para cualquier estudio lingüístico (1877, p.
v). La misma orientación puede comprobarse en otros fonetistas del norte
del continente europeo, como el noruego Johan Storm (1836-1920), el
sueco Johan Lundell (1851-1940), el danés Otto Jespersen (1860-1943) y
el alemán Wilhelm Viëtor (1850-1918). Estos autores defienden que el
dominio de la lengua oral, y de la pronunciación en particular, es clave
para la enseñanza de lenguas extranjeras. El propio Viëtor publica dos
obras fundamentales para la fonética del momento y para la didáctica de
las lenguas según este nuevo método que denominan de reforma3Sobre fonética, fueron muy relevantes sus Elemente der Phonetik und Orthoepie des Deutschen, Englischen und Französischen (1884) y, más tarde, Die Aussprache des Schriftdeutschen (1895). Sobre la enseñanza de lenguas vivas, se convirtió en verdadero manifiesto del movimiento la obra temprana Der Sprachunterricht muss umkehren! (1882), publicada bajo el pseudónimo Quousque tandem.. Bajo su influencia, en 1886 forman la Sociedad Escandinava de Reforma de la Enseñanza o Quousque Tandem (Linn, 2002Linn, A. R. (2002). Quousque Tandem Language-Teaching Reform in 19th-Century Scandinavia, Henry Sweet Society for the History of Linguistic Ideas Bulletin, 38:1, 34-42, DOI: https://doi.org/10.1080/02674971.2002.11745551
, 2008)Linn, A. R. (2008). The Birth of Applied Linguistics: The Anglo-Scandinavian School as Discourse Community. Historiographia Linguistica, 35 (3/4), 342-384. DOI: http://dx.doi.org/10.1075/hl.35.3.04lin
. El método de reforma se opone tanto al método
tradicional de gramática-traducción, por el nuevo énfasis en la
oralidad, como al método natural, por las diferencias en el aprendizaje
que deben entenderse en los contextos de L1 y L24Los
principios del movimiento de reforma son, en palabras de Howatt, los
siguientes: “the primacy of speech, the centrality of connected texts as
the kernel of the teaching-learning process, and the absolute priority
of an oral methodology in the classroom” (2000, p. 171)..
Finalmente,
un protagonista de especial importancia en este contexto es el francés
Paul Passy (1859-1940), verdadero impulsor de la creación de la
Asociación Fonética Internacional5Passy
procede de una familia acomodada. Su padre es político y economista y
su relevancia social puede comprobarse por el hecho de que recibe el
Nobel de la Paz en 1901. La educación del joven Paul fue políglota desde
el principio, y orientada pronto hacia los estudios lingüísticos. Su
formación lingüística procedía de institutrices nativas con las que
aprendió con fluidez inglés, alemán e italiano, además de poder leer
otras lenguas germánicas y románicas y conocer las clásicas (Gallazi, 2002, pp. 37-61)..
Será profesor de inglés desde 1878, lo que le hace comprobar el estado
lamentable de la educación lingüística que se conseguía con el método
tradicional de gramática-traducción. En un periodo que Galazzi (2002, p. 41)Galazzi, E. (2002). Le son à l’école. Phonétique et enseignement des langues (fin XIX e siècle - début XX e siècle). Editrice La Scuola.
denomina de “autoformación”, entre 1879 y 1885, estudia las obras de
Sweet, Sievers, Viëtor y Storm, entre otros. En los dos años siguientes,
recibirá las clases de Saussure en la Ecole pratique de Hautes Etudes.
En este último año, 1885, se celebra el Congreso Filológico Alemán,
celebrado en Giessen, que, con la participación activa de Viëtor, llama
la atención sobre el movimiento de reforma y el papel relevante que debe
desempeñar una fonética práctica en la enseñanza de las lenguas.
En este contexto, Passy funda Dhi Fonètik Tîtcerz Asóciécon en París en enero de 1886. Se trata de una asociación de profesores de inglés, con catorce miembros, que comienza a publicar en mayo un folleto mensual, Dhi Fonètik Tîtcer, escrito en inglés en transcripción fonética. Se concibe como instrumento pedagógico para la lectura de los alumnos que aprenden inglés.
En el verano de 1886 otro congreso
estrechará la relación entre los reformistas, el Congreso de Filología
de Estocolmo (agosto de 1886), en el que Passy es enviado por el
Ministerio de Instrucción Pública francés (Galazzi, 2002, p. 44Galazzi, E. (2002). Le son à l’école. Phonétique et enseignement des langues (fin XIX e siècle - début XX e siècle). Editrice La Scuola.
).
A raíz del congreso, Jespersen propone la transformación de la
Asociación en un lugar de encuentro de profesores de todas las lenguas
vivas. De tal manera, en 1889 se modificará la denominación a Association Phonétique des Professeurs de Langues Vivantes. Por su parte, la revista se denominará ahora Le Maître Phonétique,
con el francés como lengua vehicular, que lo será hasta 1971, en que
vuelve al inglés y el nombre de la revista será el que se mantiene
vigente en la actualidad: Journal of the International Phonetic Association. El nombre de la asociación se simplificará a Association Phonétique Internationale en 1897. El objetivo principal en un comienzo fue impulsar el uso de la
transcripción fonética en las instituciones de enseñanza para
aplicarlas al aprendizaje de las lenguas modernas (Galazzi, 2002, p. 44Galazzi, E. (2002). Le son à l’école. Phonétique et enseignement des langues (fin XIX e siècle - début XX e siècle). Editrice La Scuola.
), si bien el interés se desplaza poco a poco hacia la fonética en sí misma (MacMahon, 2001, p. 1586MacMahon, M. K. C. (2001). Modern Language Instruction and Phonetics in the Later 19th Century. En S. Auroux & E.F.K. Koerner & H.-J. Niederehe & K. Versteegh (Eds.), tomo 2, 1585-95.
).
Las
ideas reformistas estaban presentes en diversos autores en los años
previos a la fundación de la Asociación, de manera que su mérito puede
cifrarse en aglutinar en pocos años a un gran número de profesionales
empeñados en modernizar la enseñanza de lenguas por medio del desarrollo
de la fonética6En
palabras de Galazzi: “Celle -ci fut, pendant toute son existence, une
société de propagande dont l’un des principaux mérites est d’avoir
rapidement groupé tous les Réformateurs en un faisceau solide et, par là
même, d’avoir attiré l’attention des gens compétents sur une réforme
qui avait été jusque-là confinée à des cercles restreints” (2002, p. 47)..
En efecto, el éxito de la Asociación fue enorme: el primer año de
existencia llegó a contar con cincuenta y ocho miembros procedentes de
doce países, principalmente de Europa occidental (MacMahon, 1999, p. 194MacMahon, M. K. C. (1999). About the International Phonetic Association. En International Phonetic Association, Handbook of the International Phonetic Association. A Guide to the use of the International Phonetic Alphabet (pp. 194-199). Cambridge University Press.
) y en 1914 ya eran mil seiscientos de cuarenta países.
3. LA FONÉTICA ESPAÑOLA EN MF: AUTORES
⌅La presencia de la fonética de la lengua española en mf es relevante desde los primeros momentos7Remitimos a la bibliografía de Quilis (1984, § 1.2.2) para una relación de las transcripciones españolas en mf.
No se recogen en dicho epígrafe los textos teóricos, sino que los que
aparecen lo hacen dispersos en otros epígrafes del libro..
Los autores más destacados en los últimos quince años del siglo XIX son
Tomás Escriche y Mieg y Fernando Araujo y Gómez, que aparecen como
miembros de la Asociación en 1888 y 1889, respectivamente. Hay que tener
en cuenta que la propuesta de un alfabeto fonético internacional fue
consensuada en el número de la revista de agosto / septiembre de 1888Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
(vid. más abajo, figura 1),
que será la base de las posteriores revisiones y cambios de símbolos.
Esta situación inicial explica que estos autores publiquen no solo
transcripciones sino también textos teóricos sobre determinados sonidos y
sobre cómo debe ser la transcripción de la lengua española.
Además de Araujo y Escriche, algunos hispanistas extranjeros también participan en el debate sobre la transcripción fonética del español. Encontramos una importante contribución del portugués Aniceto dos Reis Gonçalves Viana (1840-1914) y otras de los franceses Jean-Joseph Saroïhandy (1867-1932)8Saroïhandy fue un pionero en el estudio de las hablas aragonesas. Entre 1920 y 1925 fue responsable de la cátedra de las Lenguas de la Europa Meridional en el Collège de France. De interés es la edición moderna de su Misión lingüística en el Alto Aragón (2005) y la nota necrológica de Urquijo (1932)., Albert F. Kuersteiner (1865-¿?)9Kuersteiner es conocido por la edición de las poesías de López de Ayala en Estados Unidos (1920), donde ejerció la docencia, y trabajos de sintaxis histórica del español., además del propio Paul Passy, secretario de la Asociación, que en varias ocasiones toma parte de los debates sobre la transcripción del español. Un papel menor desempeñan otros autores extranjeros, como H. Spieser y S. Genthe, que plantean dudas o expresan opiniones sobre la transcripción.
Junto a estas aportaciones identificadas, mf recoge una buena cantidad de transcripciones sin autoría expresa en el periodo que nos ocupa: diecinueve transcripciones entre 1890 y 1898 en la sección “parti dez elɛv”, que alternan con las identificadas de Escriche y Araujo10 No está nada claro que Ramón Menéndez Pidal sea el autor de la transcripción que aparece en mf de mayo de 1891, sobre un texto titulado “La presunción y la modestia”, firmado por “R. Menéndez”. Por una parte, el autor coruñés pertenece a la Asociación solo desde 1897; por otra, las transcripciones suelen indicar el autor del texto original, como ocurre en este caso. Equivoca Quilis (1984, p. 152) el título de la primera transcripción de R. Menéndez, que no es “La presunción de una niña” sino el que damos en esta misma nota. En la misma situación se sitúa Rodolfo Lenz, del que aparece un texto procedente de un periódico, cuya transcripción aparece en junio de 1892.y11Sobre una de ellas, hay que pensar en la autoría de Escriche. Se trata de la transcripción anónima “Los higos” (mf,mayo 1890): por una parte, utiliza el símbolo [c] para la consonante palatal africada sorda cuando solo Escriche lo hace así; por otra, el propio texto es el que Escriche había utilizado para ejemplificar una nueva ortografía en su Reforma de la ortografía castellana, aparecido en 1889 (con tres transcripciones en ortografía reformada en las páginas 54-56; 59-61; 62-64)..
Algunos
de los autores que hemos nombrado tienen un papel importante en el
desarrollo de la fonética en publicaciones distintas de mf. Así,
Fernando Araujo y Gómez (1857-1914), catedrático de francés en la
enseñanza secundaria y profesor también de alemán, es el autor de la
primera monografía sobre fonética del español, los Estudios de fonétika kastelana (Toledo, 1894), que ha sido acreedora de varios trabajos12Vid. Quilis (1974-75), Muñiz Cachón (2009), Perea Siller y Sanz Velasco (en prensa). Araujo también publica una gramática francesa en 1880, cuya edición de 1907 ha atraído la atención de Lepinette (2001, 2002, 2009). Algunos de estos trabajos contienen datos biográficos del autor, que pueden completarse con la biografía de García y García (2014).. Anteceden a esta obra cuatro artículos aparecidos en francés en la revista Phonetische Studien (1890-1894Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
), que dirigía Viëtor. A Araujo se deben cuatro transcripciones firmadas en mf (de 1888Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
, 1889Araujo, F., “¡siempre tú!” (febrero, 1889), 29-30.
y 1892Araujo, F., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (marzo, 1892), 44.
), además de tres respuestas teóricas a intervenciones de otros autores (de 1892 y 1894).
También Tomás Escriche y Mieg (1844-1935)Zamoro Moneda, Á. (2015), D. Tomás Escriche y Mieg (1844-1935). Profesor de segunda enseñanza 1869-1918. Diputación Provincial de Badajoz.
desarrolla una amplia actividad en la revista mf.
A pesar de ser profesor de física en la Enseñanza Secundaria, su
interés por la enseñanza del francés y la reforma ortográfica del
español13Escriche es autor de obras de gramática española (1884) y francesa (1885), en colaboración con Fernández Iparraguirre. También publica una obra de reforma ortográfica (1889). Existe una biografía de este autor debida a Zamoro Moneda (2015). Sus trabajos de fonética son analizados en Perea Siller (2022). le
llevan a la fonética y a la revista francesa, en la que publica cuatro
textos teóricos y cuatro transcripciones desde 1889 a 1901. También hay
que pensar que estos dos autores, quizá Araujo en mayor proporción, sean
los autores de las transcripciones que aparecen sin mención de autor.
También
destacamos dos autores que contribuyen al debate sobre los sonidos del
español y su forma de transcribirlos. El portugués Aniceto Gonçalves
Viana está considerado el autor de la primera descripción fonética de la
lengua portuguesa, con un trabajo pionero, titulado “Essai de
phonétique et de phonologie de la langue portugaise d’après le dialecte
actuel de Lisbonne”, publicado en 1883Gonçalves
Vianna, A. R. (1883). Essai de phonétique et de phonologie de la langue
portugaise d’après le dialecte actuel de Lisbonne, Romania, 12, 29-98.
en la revista Romania, con el que se había convertido en una autoridad. Participa en mf en 1892Gonçalves Vianna, A. R. (1892), “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (marzo, 1892), 43-44.
con un breve texto teórico cuyas opiniones se seguirán en la revista.
Por su parte, Paul Passy no es hispanista, pero conoce la lengua
española y ha leído a cada uno de los autores que habían tratado la
nueva disciplina. En los mismos años en los que se desarrolla la
actividad primera de la Asociación, Passy contribuye a la descripción
fonética del francés, con obras como sus Sons du français (1887) y su tesis doctoral, el Étude sur les changements phonétiques et leurs caractères généraux (1891), en que aparecen menciones a la lengua española y a los autores
que la habían tratado. Su participación en las discusiones sobre el
español se hace como editor de la revista y secretario de la Asociación,
en forma de comentarios a las contribuciones de otros autores (en abril de 1892“la xirafa” (abril, 1892), 68.
y abrilAraujo, F., “nɔtr alfabɛ” (abril, 1893), 60-61.
y diciembre de 1893Passy, P., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (diciembre, 1893), 167.
).
4. ORIENTACIONES DE LA TRANSCRIPCIÓN
⌅Para una evaluación adecuada de las transcripciones que aparecen en mf,
hay que tener en cuenta el grado de precisión fonética que los
distintos autores quieren ofrecer en ellas, que está determinado por, al
menos, tres objetivos: a) la aplicación a la enseñanza del español como
lengua extranjera; b) su aplicación a la reforma ortográfica; y c) el
desarrollo de un conocimiento más profundo de las variaciones fónicas.
Los dos primeros objetivos hacen que se tienda a una transcripción
ancha, más cercana a lo que hoy denominaríamos transcripción fonológica. La aplicación a la enseñanza de lenguas es patente en Araujo (mf, mayo de 1888)Araujo, F., “eksperiãs dˈãseɴmã fonetik” (mayo, 1888), 36.
,
quien, sin embargo, se muestra proclive a la transcripción estrecha,
como lo serán otros autores en sus textos (así, Saroïhandy y Genthe).
Por su parte, la vinculación entre la transcripción y la reforma
ortográfica está presente en Escriche, quien en uno de sus textos
teóricos (octubre de 1896Escriche y Mieg, T., “la kuesʹtiɔn del alfaʋetɔ” (octubre, 1896), 168-175.
)
termina por rechazar el alfabeto fonético como escritura fonográfica.
El interés práctico de su transcripción le hace prescindir de los
matices de pronunciación que no contengan valor distintivo, como ocurre
con las variantes de las consonantes sonoras bilabial, dental y velar (marzo de 1894Escriche y Mieg, T., “bwaːt o lɛtr” (marzo, 1894), 58-59.
).
La
opción práctica de Escriche coincide con la orientación que la propia
Asociación quiere imprimir en la práctica de la transcripción, destinada
al aprendizaje de la pronunciación de lenguas extranjeras. Se pretende
transcribir solo los sonidos que entrañan diferencias de significado,
como se propone en el primer principio de la transcripción propuesto
junto al alfabeto fonético de la Asociación en agosto / septiembre de 1888Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
, que hace referencia a esta idea:
There
should be a separate sign for each distinctive sound; that is for each
sound which, being used instead of another, in the same language, can
change the meaning of a word (mf, agosto / septiembre, 1888: 57Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
)14 Se da en el original en transcripción fonética..
Se trata de un criterio, cuyo origen se reconoce en el Handbook of Phonetics de Sweet, que puede ser considerado fonológico avant la lettre (Jakobson 1978, p. 130Jakobson, R. (1978). Henry Sweet: pionero de la fonología moderna. Thesaurus: Boletín del Instituto Caro y Cuervo, 33 (1), 127-139.
; MacMahon, 1999, p. 196MacMahon, M. K. C. (1999). About the International Phonetic Association. En International Phonetic Association, Handbook of the International Phonetic Association. A Guide to the use of the International Phonetic Alphabet (pp. 194-199). Cambridge University Press.
).
Significa el rechazo de conceder una excesiva importancia a los matices
de pronunciación debidos no solo al dialecto o sociolecto sino también a
las posiciones de los sonidos, es decir, los alófonos en distribución
complementaria. Esta postura está muy presente en los dos debates
principales acerca de la transcripción española que se desarrollan en
estos años iniciales de la Asociación: el vocalismo y la consideración
de las consonantes sonoras bilabial, dental y velar. Comprobamos en
primer lugar los principales progresos de la transcripción de la lengua
española.
5. EL PROGRESO DE LA TRANSCRIPCIÓN
⌅Como adelantamos, el alfabeto fonético de la Asociación aparece en el número de agosto / septiembre de 1888Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
.
Pensado para las lenguas occidentales, tiene una base mayoritariamente
latina, a la que se añaden algunos símbolos procedentes de otras
propuestas conocidas en el momento, como la de Pitman y Ellis, de 1847 (MacMahon, 1986, p. 36MacMahon, M. K. C. (1986). The International Phonetic Association: The first 100 years. Journal of the International Phonetic Association, 16, 30-38.
). Del Standard Alphabet de Lepsius (1863) procede el uso de varias letras griegas (las que en
AFI terminarán siendo los símbolos [x θ γ ð]). Otros símbolos proceden
del Romic de Henry Sweet, que constituye la base general que se aceptó en 1888 (Galazzi, 2000, p. 508Galazzi, E. (2000). L’Association Phonétique Internationale. En S. Auroux (ed.): Histoire des idées linguistiques (pp. 499-516). Mardaga. Tomo 3.
; Kemp, 2001, p. 1582Kemp,
J. A. (2001). The history and development of a universal phonetic
alphabet in the 19th century: from the beginnings to the establishment
of the IPA. En S. Auroux, & E.F.K. Koerner & H.-J. Niederehe
& K. Versteegh (eds.), tomo 2, 1572-84.
).
A pesar de que se presentaba como alfabeto válido para cualquier lengua, en realidad se propone una lista de símbolos para las lenguas principales de la enseñanza en el momento: francés, inglés y alemán. Todos los símbolos que aparecen sirven para estas lenguas. También aparecen algunos casos de palabras de otras lenguas para ejemplificar alguno de los mismos símbolos. De la española aparecen ejemplos para cuatro símbolos que se proponen: [ʎ], llano, [U], bibir [sic], que se distingue de [b]15Se ejemplifica con palabras but (inglés), bas (francés) y boot (alemán). En cambio, [U] se ejemplifica con el alemán quer y el flamenco wrocht, que apuntan a un sonido labiodental sonoro [v]. Esta identificación del símbolo fonético para la bilabial española representará un aspecto conflictivo en las transcripciones en lengua española, como se verá más abajo en relación con las decisiones de Escriche.; [θ], razón; y [x], jota. También hay que señalar que el símbolo [ɴ] se utiliza tanto para el sonido palatal nasal del francés règne, como para el velar nasal del inglés thing, hoy transcritos, respectivamente, como [ɲ] y [ŋ] (vid. Figura 1).
.
Con este precedente, las primeras transcripciones de la lengua española tienen que escoger entre los símbolos más apropiados de los propuestos por la revista para representar los sonidos del español.
5.1. Primera transcripción de Araujo (agosto / septiembre de 1888Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
)
⌅
Partimos
de la primera transcripción fonética para trazar la evolución de los
símbolos que los autores proponen y los sonidos que permiten reconocer.
En el texto, Araujo (agosto / septiembre de 1888)Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
se felicita por la próxima aparición de transcripciones en español y
brinda su participación. Comprobamos qué sonidos se identifican y qué
símbolos se utilizan (Figura 2).
(detalle).
Entre
las vocales, el AFI había propuesto diversos símbolos además de los que
proporciona el alfabeto latino para dar cuenta de las lenguas que
quiere describir. Araujo optará para el español por las cinco vocales
latinas. Sin embargo, la segunda transcripción que proponga (febrero de 1889Araujo, F., “¡siempre tú!” (febrero, 1889), 29-30.
) utilizará el símbolo [ɔ] para la vocal posterior media, que será la práctica común en mf para el español hasta marzo de 1892“un sueɴo” (marzo, 1892), 52.
, en que se vuelve a la vocal latina16También en sus “Recherches”, Araujo (1890, p. 321) defiende la apertura de la vocal española, equivalente a la posterior media abierta del francés..
Es interesante notar que Araujo asimismo refleja en la transcripción
los diptongos crecientes [je] y [we], que años después acabará siendo
práctica común en el ARFE17 Hay que señalar que utiliza el mismo símbolo [j] para la semiconsonante
anterior y para la consonante palatal que transcribe el pronombre “yo”,
presente en esta primera transcripción que realiza y en la tercera (mf, 1888, p. 63; 1889, p. 87). En esta última ha transcrito además con otros símbolos, [y] para llanto y [ʎ] para llama, lo que resulta una contradicción. .
Para las consonantes, el autor también se atiene a los símbolos del recién creado AFI. Nos fijamos en primer lugar en las consonantes en posición explosiva. Junto a los símbolos [x], [ʎ] y [θ], fijados por la revista, se utiliza [ɴ] para la palatal nasal ([espaɴol]). La peculiaridad española pide símbolos específicos para las vibrantes. Araujo en esta primera transcripción reproduce las soluciones que dicta la ortografía española en el uso de la erre. Así, transcribe [reforma], [onra], [pasar] y [korrexida]18Más fonética será la solución que presente desde la segunda transcripción (mf, febrero, 1889), en que propone para la vibrante simple la letra <r> y para la múltiple el mismo símbolo con dos puntos detrás <r:>, que indicaban alargamiento: [aromàtika], [perdidas], [sɔnr:isa], [r:uxjente]. . Por el contrario, existen indicios de reflexión fonética sobre las variaciones en las sonoras bilabial, dental y velar, con diferencia de tratamiento entre ellas. Para la bilabial, a partir de la diferenciación que proponía la revista entre [U] y [b], Araujo utiliza [b] en inicial de palabra [bjen] y [U] en el resto de los casos: [θeléUro], [definitiUa], [posiUle] (pero también [publikao]). En el caso de los sonidos dentales, solo utiliza [d], y para los velares usa siempre [q] (correspondiente a un sonido aproximante), excepto en la secuencia [gr]: [diqa], [inauqure], [reqlas], frente a [agradeθido]. En la propuesta de mf había símbolos para las oclusivas [b d g] y para las aproximantes dental [ð], velar [q] y labiodental [U]. Faltaba todavía uno equivalente para el bilabial19 En la transcripción de febrero de 1889, Araujo sistematiza la transcripción en únicamente los símbolos [b d g], aunque en septiembre de 1889 introduzca de nuevo [U]. . Comprobaremos abajo (§5.4) que estos sonidos del español estarán sujetos a debate en estos últimos lustros del siglo XIX.
También es interesante la adopción del dígrafo [tc] para la consonante palatal africada sorda, que no estaba entre los símbolos de la tabla del mf, aunque era el dígrafo que aparecía en el título de la revista desde que se funda (Tîtcerz). El símbolo [tʃ] tardará en asentarse, pues cuenta con otras alternativas, como veremos enseguida20 El símbolo [tʃ] aparece desde la segunda transcripción de Araujo, en febrero de 1889. En el mismo número aparece también en una nota en inglés, “bæk nʌmbərz əv ðə tîtʃər” y en la “parti dez elɛv” de inglés. Es decir, ha cambiado el símbolo de la consonante prepalatal fricativa sorda del inglés ([c] > [ʃ]) y el símbolo se ha incorporado a la palatal africada sorda de ambas lenguas, inglesa y española..
Finalmente, en el consonantismo implosivo, solo se consigna una asimilación de consonante nasal en la palabra [leɴqwa]. El símbolo [ŋ] aparecerá en 189021 La nasal implosiva también aparece asimilada en la segunda transcripción de Araujo, pero solo en un caso de dos posibles: junto a [inmensɔ], transcribe [immensɔs].. La consonante oral velar en posición final se interpreta como sorda: [sekθjon], también en el caso de la letra <x>: [eksixente] (aunque también transcribe [testo]). La dental final se relaja y pierde: [klaridà], [usté], también en posición intervocálica [publikao].
Respecto a los elementos suprasegmentales, se asignan signos de puntuación y entonación de acuerdo con las convenciones ortográficas. En cuanto a los acentos, en esta transcripción y en todo el periodo estudiado se asignan de forma poco sistemática, con tendencia a situarse en agudas y esdrújulas22 Remitimos al trabajo de Muñiz Cachón (2016) para un análisis pormenorizado de la prosodia en mf durante este periodo inicial de la revista..
5.2. Primera transcripción de Escriche (mayo de 1889)Escriche y Mieg, T., “un deskubrimientɔ arkeɔlɔ̔xikɔ” (mayo, 1889), 61-62.
⌅
En su primera transcripción (“Un descubrimiento arqueológico”), Tomás Escriche (mf, mayo 1889)Escriche y Mieg, T., “un deskubrimientɔ arkeɔlɔ̔xikɔ” (mayo, 1889), 61-62.
introduce algunas variaciones en los símbolos que había utilizado Araujo unos meses atrás (Figura 3).
(detalle).
Escriche
adopta el símbolo [ɔ] para la vocal media posterior, siguiendo la
segunda transcripción de Araujo. Se diferencia, en cambio, en los
diptongos, que no se representan23Así
se libera el símbolo [j] para la consonante palatal aproximante
[lejerɔn], presente en esta primera transcripción de Escriche. Hay que
tener en cuenta que el símbolo [y] estaba en el alfabeto de 1888
asignado a la vocal del francés un y del alemán dünn..
Entre las consonantes, tampoco se distingue la serie de consonantes
sonoras en sus realizaciones oclusiva y aproximante (Escriche transcribe
[biaxaban], [pedregɔsɔ]). Este autor varía en el símbolo para el sonido
palatal africado sordo, que Araujo había representado primero como [tc]
y luego [tʃ], mientras que Escriche lo hace con [c], que correspondía
en el primer cuadro de la Asociación (1888Araujo, F., “kɔrispɔndəns” (agosto-septiembre, 1888), 62-63.
),
en realidad, a un sonido prepalatal fricativo sordo. Diez años más
tarde se utilizará [c] para un sonido palatal oclusivo sordo (mf, 1899, p. 38).
También
aparecen diferencias en las vibrantes. Escriche utiliza también [r]
para la vibrante simple, pero propone dos símbolos para la vibrante
múltiple: [r:] (que había utilizado Araujo en febrero de 1889Araujo, F., “¡más!” (septiembre-octubre, 1889), 87.
)
para la posición inicial, y el dígrafo [rr] para la posición
intervocálica. El uso, sin embargo, registra inconsistencias, pues
encontramos ejemplos que rompen con esta coherencia: [r:ekɔrrer],
[gixarrɔs], pero también [rɔkas].
Las consonantes en posición implosiva bilabiales, dentales y velares aparecen con el símbolo que corresponde a la consonante sorda: [aspékto], [inskripθiɔn]. En el caso de la asimilación de la consonante nasal, como ya había planteado Araujo, se hace cuando sigue una bilabial, pero encontramos incoherencias: junto a [kɔmbentɔ] encontramos [kɔn:paɴerɔ] y [san bernardɔ]. Respecto a la dental sonora final de palabra, Escriche propone su omisión: [berdá], incluso en posición intervocálica [kamaráa].
Comprobamos, por tanto, coincidencias y divergencias entre las dos primeras transcripciones fonéticas de la lengua española, debidas a Araujo y Escriche. En síntesis, ambos coinciden en los símbolos que podían identificar sonidos españoles con alguno del inglés, francés o alemán; y se diferencian principalmente en el tratamiento de los diptongos, las consonantes sonoras bilabial y velar y los símbolos de la vibrante múltiple y la palatal africada sorda.
5.3. La transcripción en los años siguientes
⌅A largo de los años siguientes encontramos algunos ajustes en relación con los símbolos que se utilizan en la transcripción, así como la ampliación de sonidos que se transcriben. Nos referimos ahora a los cambios en la sección “parti dez elε:v”:
1890“los igɔs” (mayo, 1890), 58-59.
(mf,
mayo): se separa con dos símbolos diferentes dos sonidos nasales que se
reconocían como distintos: la consonante palatal seguirá como [ɴ], pero
aparece [ŋ] como símbolo de la nasal velar. Se utiliza en la
transcripción “Los higos”, que debemos identificar como obra de
Escriche, como se ha defendido más arriba. El nuevo símbolo pronto
aparecerá para las secuencias de <ng> del inglés, como se
refrendará en el cuadro de febrero de 1899, p. 38Araujo, F., “¡siempre tú!” (febrero, 1889), 29-30.
).
Se trata, en este periodo inicial, de la única asimilación de la nasal
implosiva que se reconoce junto a la realizada con las bilabiales
(Araujo: [tambjén], 1888, p. 63Araujo, F., “eksperiãs dˈãseɴmã fonetik” (mayo, 1888), 36.
; [immensɔ], 1889, p. 29Araujo, F., “¡más!” (septiembre-octubre, 1889), 87.
).
1890“los igɔs” (junio, 1890), 69-70.
: la representación de la consonante vibrante múltiple se generaliza con el dígrafo [rr]. Araujo (1889)Araujo, F., “¡más!” (septiembre-octubre, 1889), 87.
había utilizado [r:]. Escriche había utilizado ambas posibilidades en sus transcripciones de 1889 (mayo)Escriche y Mieg, T., “un deskubrimientɔ arkeɔlɔ̔xikɔ” (mayo, 1889), 61-62.
y 1890 (enero)Escriche y Mieg, T., “de guadalaxara a madrid i biθbersa” (enero, 1890), 13-16.
. En la transcripción de “Los higos” del mismo año (1890, mayo“los igɔs” (mayo, 1890), 58-59.
) ya se utiliza únicamente el dígrafo. Solamente hay un cambio en el periodo tratado, en la última transcripción de Escriche (1901Escriche y Mieg, T., “buena okurenθia” (junio, 1901), 84.
):
una única erre [r] transcribirá la vibrante múltiple, mientras que la
erre invertida expresará la vibrante simple [ɹ] ([θieɹto], [oɹador],
[sobɹe]), con casos de lapsus ([kabaʎero], [sombra]). Se trata de una
solución que contradice la propuesta que la AFI había hecho en mf (1900, p. 7) en que [ɹ] ya equivalía a una consonante de carácter fricativo.
1891 “el estudiɔ de lɔs idiɔmas indiɔs del mexicɔ” (agosto, 1891), 101
:
se generaliza [tʃ] para representar la consonante palatal africada
sorda. En realidad, ya había aparecido en la segunda transcripción de Araujo, en febrero de 1889Araujo, F., “¡siempre tú!” (febrero, 1889), 29-30.
; pero Escriche había utilizado el símbolo [c] en transcripciones posteriores (mayo de 1889Escriche y Mieg, T., “un deskubrimientɔ arkeɔlɔ̔xikɔ” (mayo, 1889), 61-62.
y enero de 1890Escriche y Mieg, T., “de guadalaxara a madrid i biθbersa” (enero, 1890), 13-16.
)24También se utiliza el símbolo [c] en la transcripción anónima “Los higos” (mf, mayo 1890), como se ha señalado más arriba..
Ya hemos comprobado que este último símbolo fonético cambiará su
atribución en los cuadros del AFI de 1888 (como fricativo) y 1899 (como
oclusivo). Será la propuesta de Araujo ([tʃ]) la que permanezca en las
transcripciones del español, aunque todavía se encuentra el símbolo [c]
en la transcripción de Saroïhandy de noviembre de 1893Saroïhandy, J.-J., Reseña de R. Lenz, La Fonética (noviembre, 1893), 149-150.
.
1892Araujo, F., “el xenerαl Fabert”, “lα αsˈtuθjα ðεl θjegɔ” (abril, 1892), 65.
,
marzo: en la transcripción “un sueɴo” se generaliza el símbolo [o] para
la vocal española posterior media. Hasta entonces, las nueve
transcripciones que recoge mf habían utilizado [ɔ], a excepción
de la primera de Araujo. Tratamos el vocalismo más abajo (§ 5.5). En la
misma transcripción comienzan a colocarse los acentos antepuestos a la
sílaba tónica ([usˈte]), en una práctica que perdurará en la revista
hasta la actualidad. En abril de 1893“el negro” (junio, 1893), 92-93.
, Araujo criticará este cambio, pero Passy aducirá a continuación la utilidad de no marcar la vocal tónica sino toda la sílaba (cfr.Muñiz Cachón, 2016, p. 269Muñiz Cachón, C. (2016). La notación prosódica en Le Maître Phonétique. En A. M. Fernández Planas (Ed.), 53 reflexiones sobre aspectos de la fonética y otros temas de lingüística (pp. 265-73). Universidad de Barcelona.
).
1893“el negro” (junio, 1893), 92-93.
,
junio: aparece [ɲ] para el sonido palatal nasal, que sustituye a [ɴ].
Será el que se utilice a partir de entonces, tal como recogerá el nuevo
cuadro de sonidos de la AFI en febrero de 1899, p. 38.
5.4. Variación en las consonantes sonoras bilabial, dental y velar
⌅Las primeras transcripciones del español que aparecen en mf no distinguen entre los que hoy denominamos alófonos de los fonemas sonoros bilabial /b/, dental /d/ y velar /g/. Se trata en estos textos de transcribir según el principio de la distintividad que había defendido la Asociación. Sin embargo, el conocimiento progresivo de las variantes fonéticas [b β], [d ð] y [g γ] hace que a veces aparezcan en las transcripciones y se debata acerca de la conveniencia de transcribirlas en su especificidad fonética. Pueden establecerse tres momentos en que los autores intervienen sobre este tema.
5.4.1. En el número de febrero de 1892Spieser, H. “kɔrɛspɔ̃dʃᴀ̃:s: ʃprɑːxproːbən. lɑutʃrift” (febrero, 1892), 27-28.
,
Spieser pregunta por los contextos en que en español aparecen las
variantes bilabiales y dentales, con referencia al artículo de Araujo
publicado en Phonetische Studien (1890Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
). Señala que, mientras que Araujo distingue entre variantes oclusivas y continuas, mf solo marca la posibilidad oclusiva en sus transcripciones. Las respuestas aparecen en el número del mes siguiente. Viana (marzo 1892“un sueɴo” (marzo, 1892), 52.
)
contesta que <b, d, g> se pronuncian como una consonante
“abierta, fricativa” en contexto intervocálico, al igual que al final de
palabra en el caso de la dental. Es significativo, sin embargo, que
defienda que no hace falta representarlas, sino utilizar la “notación
general” [b d g], como declara que hacen Araujo y Escriche. Se trata,
con toda probabilidad, de una referencia a las transcripciones que han
aparecido entre 1889 y el momento en que el autor portugués escribe el
texto, las cuales, de acuerdo con las directrices de la revista, no
marcan los sonidos aproximantes.
En el mismo número responde también Fernando Araujo (marzo 1892)Araujo, F., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (marzo, 1892), 44.
,
en quien destaca el interés por la fonética en sí misma. En su primera
transcripción (1888), había diferenciado dos bilabiales y dos velares.
Por otra parte, en sus “Recherches” (1890Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
)
había descrito dos variantes, oclusiva y continua, en las bilabiales y
dentales. Pero no las distingue en las velares, lo que le valió la
crítica de Passy en el Étude sur les changements phonétiques (1890, p. 261Passy, (1890). Étude sur les changements phonétiques. Librairie Fimin-Didot.
)25 En efecto, Araujo describe únicamente la velar sonora no oclusiva: “Le
son sonore g se forme en approchant la partie postéro-supérieure de la
langue du fond du palais mou, de manière à produire un passage très
étroit par où l’air s’échappe par frottement; le bourdonnement qui
résulte du passage de l’air est très sensible” (1890, p. 338). La pronunciación oclusiva se relaciona con preferencias de algunas personas, pero se tacha de falsa y artificial.. De manera que Araujo tendrá en cuenta estas variantes en sus trabajos posteriores, como este de 1892Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
y sus Estudios (1894, p. 57Araujo, F. (1894). Estudios
de fonétika kastelana; edición ispano-amerikana en Ortografía reformada
kosteada por barios ilustrados neógrafos de Chile. Menór Ermanos.
),
en unos términos no ausentes de polémica con Passy (Perea Siller y Sanz
Velasco, en prensa, § 4.3.5). En su trabajo teórico de mf (marzo 1892Araujo, F., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (marzo, 1892), 44.
), Araujo remite a su artículo de 1890Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
refiriéndose a las variantes explosiva y “prolongable” en el caso de
las bilabiales y dentales, a las que añade ahora las velares con
referencia a Passy. Del interés intrínseco por la fonética se entiende
que en la transcripción de abril del mismo 1892Araujo, F., “el xenerαl Fabert”, “lα αsˈtuθjα ðεl θjegɔ” (abril, 1892), 65.
Araujo transcriba con símbolos diferentes las dos variantes de las
consonantes bilabial y dental (siguen sin aparecer las dos velares),
además de otros pormenores como los diptongos y la variación de vocales
abiertas y cerradas. Se trata de la transcripción más estrecha de las
que aparecen en mf en el periodo estudiado. Una nota escueta de Paul Passy en abril de 1892Passy, P., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (abril, 1892), 64.
se limita a constatar que Araujo y Viana analizan de forma distinta las
variantes de estas consonantes. A lo que añade que este hecho es
suficiente para justificar la notación general [b, d, g] en la “parti
dez elε:v” (mf, 1892, p. 64Passy, P., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (abril, 1892), 64.
).
5.4.2. El mismo interés en el detalle aparece en la transcripción del dialectólogo Saroïhandy de noviembre de 1893Saroïhandy, J.-J., Reseña de R. Lenz, La Fonética (noviembre, 1893), 149-150.
.
El texto es una reseña sobre un libro de Rodolfo Lenz. En la
transcripción aparecen los tres sonidos no oclusivos (con los símbolos
[ʋ ð q], equivalentes a los actuales del AFI [β ð γ]) cuando las
consonantes se sitúan en posición intervocálica, aunque con lapsus. El
mes siguiente, esta transcripción es comentada por S. Genthe (diciembre de 1893)Genthe, S., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (diciembre, 1893), 166.
,
que critica algún error de transcripción en el caso de [ð]. Estas
intervenciones reciben una respuesta de Paul Passy en el mismo número,
en que remite a las publicaciones de Viana y Araujo en mf (marzo de 1892)Araujo, F., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (marzo, 1892), 44.
sobre estos sonidos, sobre sus contextos de aparición y el carácter
innecesario de su representación mediante símbolos especiales. La
autoridad sobre la fonética del español en el texto de Passy es Araujo (1890-1894)Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
, pero el autor francés insiste en la conveniencia de no transcribir las variantes no oclusivas.
La misma posición de Passy aparece en dos textos teóricos de Escriche en 1894Escriche y Mieg, T., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (febrero, 1894), 30-33.
Escriche y Mieg, T., “bwaːt o lɛtr” (marzo, 1894), 58-59.
, en que tomó parte del debate (Perea Siller, 2022Perea
Siller, F. J. (2022), La descripción fonética de la lengua española en
el filo del siglo XX, XIII Congreso Internacional de la Sociedad
Española de Historiografía Lingüística, Valencia, del 26 al 29 de abril
de 2022 (comunicación inédita).
). En el primero,
señala como argumento que descender a los pormenores de la transcripción
hará que dos autores no hagan una transcripción idéntica. Conoce las
variantes no oclusivas descritas por Araujo, pero niega su necesidad de
transcribirlas desde la perspectiva de la enseñanza del español como
lengua extranjera. En el segundo texto profundiza en la cuestión, al
añadir que la diferencia entre plosiva y fricativa no tiene en español
valor distintivo.
5.4.3. Paralelamente al debate teórico sobre la
transcripción de estas consonantes, las muestras transcritas que se van
sucediendo en estos años transcriben con las letras latinas <b, d,
g> todas las bilabiales, dentales y velares sonoras. El debate está
cerrado en la revista. Solo hay una excepción, que es el artículo
teórico de Kuersteiner (mf, diciembre de 1896)Kuersteiner, A. F. “apuntes sovre: la pronunθiaʹθion kasteʎana” (diciembre, 1896), 217-21.
, en que sigue el libro de Araujo (1894)Araujo, F. (1894). Estudios
de fonétika kastelana; edición ispano-amerikana en Ortografía reformada
kosteada por barios ilustrados neógrafos de Chile. Menór Ermanos.
y comenta los sonidos que ha podido constatar en una estancia en Madrid
y El Escorial. La transcripción utiliza la distinción entre las dos
bilabiales y las dos dentales, sin reconocer las velares equivalentes.
También muestra una transcripción estrecha en el diptongo creciente
[we], la eliminación de consonantes finales de palabra y la
transcripción de la sibilante sonora en los contextos adecuados:
[mizma], [ezmero], [ez la], en que seguía a Araujo (1894, p. 54)Araujo, F. (1894). Estudios
de fonétika kastelana; edición ispano-amerikana en Ortografía reformada
kosteada por barios ilustrados neógrafos de Chile. Menór Ermanos.
. Una última intervención teórica de Escriche (marzo de 1897Escriche y Mieg, T., “pronunθiaθion kasteʎana” (marzo, 1897), 77-82.
)
revisa las opiniones de Kuersteiner acerca, entre otros temas, de las
variantes [b β] y [d ð]. Considera mejor utilizar un símbolo que refleje
la bilabial fricativa (mejor que la explosiva). De la dental, señala (1897, p. 80Escriche y Mieg, T., “pronunθiaθion kasteʎana” (marzo, 1897), 77-82.
)
que es más cercana a la explosiva. De ahí que en el texto transcriba
las bilabiales sonoras con [ʋ] y las dentales con [d]. Hasta su
transcripción de junio de 1901Escriche y Mieg, T., “buena okurenθia” (junio, 1901), 84.
, Escriche no adopta el símbolo [b] para las bilabiales sonoras.
5.5. Variación en las vocales
⌅Las
vocales también encuentran discordancias en los autores según sea su
orientación más o menos proclive a la precisión fonética. Araujo tanto
en las “Recherches” (1890Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
) como en los Estudios (1894Araujo, F. (1894). Estudios
de fonétika kastelana; edición ispano-amerikana en Ortografía reformada
kosteada por barios ilustrados neógrafos de Chile. Menór Ermanos.
)
ofrecía una amplia variedad de matices en las vocales españolas
dependiendo del carácter tónico o átono y la coarticulación, además de
factores geográficos y sociales (Pera Siller y Sanz Velasco, en prensa, §
4.2). Después de su segunda transcripción (febrero de 1889Araujo, F., “¡siempre tú!” (febrero, 1889), 29-30.
),
hemos comprobado que se generaliza el símbolo de la posterior media
abierta [ɔ] y las cuatro vocales latinas [a e i u]. En las
transcripciones de Araujo se utilizan, además, los símbolos de las
semiconsonantes [j, w].
La práctica transcriptora en la revista
rechazará las semiconsonantes y consagrará los otros cinco símbolos
entre 1889 y 1892, año en que Gonçalves Viana defiende usar [o] como
único símbolo de la vocal posterior media, que refrenda Passy. Es
interesante la resistencia de los dos autores españoles al uso de este
símbolo. Escriche, en febrero de 1894Escriche y Mieg, T., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (febrero, 1894), 30-33.
, de acuerdo con lo que había defendido Araujo en las “Recherches” (1890Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
)
afirma que es inadmisible la identificación de la vocal posterior media
española con la realización cerrada de otras lenguas, por lo que aún
defiende usar el símbolo de la abierta. Sin embargo, en marzo de 1894Escriche y Mieg, T., “bwaːt o lɛtr” (marzo, 1894), 58-59.
lo aceptará por el motivo práctico de no utilizar un símbolo diferente para el sonido. Todavía una transcripción de 1896Escriche y Mieg, T., “en un trasaʹtlantikɔ” (diciembre, 1896), 227-228.
tendrá [ɔ]. Por su parte, en las dos detalladas transcripciones firmadas por Araujo en abril de 1892Araujo, F., “el xenerαl Fabert”, “lα αsˈtuθjα ðεl θjegɔ” (abril, 1892), 65.
seguirán apareciendo las variantes [a α e ε ɔ], además de las semiconsonantes [j w]26 En mf (1894, p. 30),
Araujo discute a Genthe las vocales medias que señala: la anterior
española es la cerrada [e] del francés, aunque hay ejemplos de la
abierta [ε] (así, en ve frente a ver, respectivamente). La posterior media corresponde normalmente a la abierta [ɔ], para la que ofrece los ejemplos de autor y corta. .
Con las salvedades señaladas, en la sección “parti dez elɛv”, la revista opta por utilizar a partir de marzo de 1892“un sueɴo” (marzo, 1892), 52.
únicamente las cinco vocales latinas para la representación fonética.
Se trata de una transcripción ancha con solo los cinco sonidos vocálicos
“fundamentales” (como nombra Escriche [mf, 1897, p. 77]Escriche y Mieg, T., “pronunθiaθion kasteʎana” (marzo, 1897), 77-82.
a lo que hoy denominamos fonemas). Después de su intervención de 1892, Passy (diciembre de 1893)Passy, P., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (diciembre, 1893), 167.
vuelve al problema del vocalismo afirmando dos únicas vocales medias,
[e, o], que son las que aparecen en la generalidad de las
transcripciones a partir de marzo de 1892“un sueɴo” (marzo, 1892), 52.
.
El debate sobre la variación de las vocales en español continuará después de estos autores. Si en mf se opta por representar únicamente las cinco posibilidades que
corresponden a la distinción de significado, las posibilidades fonéticas
seguirán estudiándose a lo largo del siglo XX. Navarro Tomás (1916)Navarro Tomás, T. (1916). Siete vocales españolas. Revista de Filología Española 3, 51-62.
utilizará la fonética instrumental para establecer subtipos de vocales
abiertas y cerradas. Sus resultados se mantendrán en la tradición
española hasta que, desde técnicas más modernas, Martínez Celdrán (1984, p. 288)Martínez Celdrán, E. (1984). Fonética. Teide.
y Quilis (1993, p. 145)Quilis, A. (1993). Tratado de fonología y fonética españolas. Gredos.
nieguen la sistematicidad que Navarro había afirmado.
6. CONCLUSIONES
⌅Hemos comprobado el interés que tiene Le maître phonétique para el desarrollo de la fonética de la lengua española en el periodo
estudiado. Se observa la diferencia de orientaciones en los distintos
autores que participan en la revista. Fernando Araujo aparece como el
más abierto a la investigación de la fonética por sí misma y a la
transcripción estrecha. Otros autores escriben sus textos con una
transcripción estrecha, que muestra variedades de pronunciación en
vocales y consonantes, como es el caso de Saroïhandy (1896), Spieser (1892)Spieser, H. “kɔrɛspɔ̃dʃᴀ̃:s: ʃprɑːxproːbən. lɑutʃrift” (febrero, 1892), 27-28.
y Genthe (1893)Genthe, S., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (diciembre, 1893), 166.
,
quienes se preguntan por los sonidos del español y piden reglas de
funcionamiento de cada variante. Para todos ellos, la autoridad es
Araujo, del que citan los artículos de 1890-1894Araujo, F. (1890-1894). Recherches sur la phonétique espagnole. Phonetische Studien, 1890, 3, 309-349; 1892, 5, 47-70 y 142-169; 1893, 6, 35-62 y 134-150; 1894, 7, 38-51.
y los Estudios (1894Araujo, F. (1894). Estudios
de fonétika kastelana; edición ispano-amerikana en Ortografía reformada
kosteada por barios ilustrados neógrafos de Chile. Menór Ermanos.
). También su preeminencia se constata en las intervenciones de Paul Passy de abril de 1892Passy, P., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (abril, 1892), 64.
y diciembre de 1893Passy, P., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (diciembre, 1893), 167.
y de Escriche de 1894 (febrero)Escriche y Mieg, T., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (febrero, 1894), 30-33.
y 1897Escriche y Mieg, T., “pronunθiaθion kasteʎana” (marzo, 1897), 77-82.
27 Siempre a partir de las “Recherches”, pues en esta última intervención Escriche (1897, p. 79) declara no conocer los Estudios..
Sin
embargo, también se constata la orientación práctica de la revista, que
coincide con el criterio de otros autores como Tomás Escriche y
Gonçalves Viana. El segundo es la autoridad que determinará que el
símbolo de la vocal posterior media pase a transcribirse con la
<o> latina en la sección didáctica “parti dez elɛv”, en las
transcripciones anónimas que aparecen desde ese mismo año, y con el
refrendo de Passy (1893)Passy, P., “nɔtr alfabɛ” (abril, 1893), 61.
tras la intervención de Genthe (1893)Genthe, S., “prɔnɔ̃ːsjɑːsjɔ̃ ɛspaɴɔl” (diciembre, 1893), 166.
.
Así pues, se confirman dos niveles de transcripción en la revista, una de carácter ancho destinada a los estudiantes de idiomas, que aparece en las transcripciones de la “parti dez elɛv”, y otra más estrecha que, por medio de intervenciones teóricas de los estudiosos, intenta descubrir o dar a conocer las reglas de aparición de determinadas variantes.
Es importante mencionar el papel que desempeña Paul Passy. Desde su posición de editor de la revista y por su responsabilidad en la Asociación participa en las polémicas sobre la transcripción en lengua española. Se constata en la dirección que toman las transcripciones anónimas de la “parti dez elɛv”, y en sus propias ideas expresadas sobre los temas más relevantes que se debaten en esos años: la transcripción de las vocales y las consonantes sonoras bilabial, dental y velar y en lo que respecta a la colocación de los acentos. Se puede afirmar que Passy marca la línea editorial, respecto a las variantes que se transcriben en la revista.